Cuentan que una profesora de piano, enseñaba a los alumnos de una forma diferente. Siempre antes de un recital, los hacía practicar una y otra vez el final. Podían equivocarse en el principio o en el medio, pero si se equivocaban en el final debían practicarlo hasta que fuera perfecto.
Uno de sus estudiantes le preguntó el motivo de aquel interés especial en el final, a lo que ella contestó:
"- Verás, en una presentación puedes equivocarte en el inicio o en la mitad, pero si tu final es perfecto y majestuoso, nadie recordará tus errores y toda tu presentación será aplaudida".
*Desconozco su autor*
Así es la vida...Podemos equivocarnos muchas veces en este transitar sin saber a dónde vamos, podemos cometer errores, podemos no hacer lo correcto ¿muchas veces.
Estos errores pueden ser leves o graves pero está en nosotros pulir nuestro interior para que nuestro final sea único. De tanto tropezar con la misma piedra y ya cansados de tantas caidas en un momento decidimos darle un rumbo distinto a nuestra vida...Es en ese instante en que nuestra sinfonía comienza a ser perfecta sin errores, sin obstáculos...En ese momento nuestro interior vibra y crece de una manera única, perfecta...Estamos elevando nuestro espíritu, ya no somos los mismos... De tanto tropezar y tropezar ya no deseamos volver a caer...De tanto equivocarnos dejamos de pensar que son los otros los que fallan y empezamos a pulir nuestras imperfecciones.
Nunca es tarde...Podemos cambiar...Podemos mejorar...Podemos ser distintos...Está en nosotros superarnos día a día.
La melodía más hermosa nace en el corazón...y sólo esa melodía nos mantiene vivos. Tratemos de componer la mejor música en él...
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